El campo tiene poco dinero. A priori, suena a frase hecha, aunque lo peor es que, ahora, es una dura realidad. Los olivareros han terminado la campaña de recogida de la aceituna y necesitan liquidez para hacer frente a las obligaciones de pago. El problema está en que cuesta hallar dinero.
Las cooperativas y almazaras de Jaén funcionan, ahora más que nunca, como entidades financieras. Estas empresas están acostumbradas a dar adelantos y a trabajar con bancos y cajas de ahorros para que los euros circulen por el campo. Sin embargo, en estos momentos, se ven totalmente desbordadas ante un aluvión de solicitudes de dinero.
La campaña de recolección ha terminado. Hay olivareros que han de hacer frente al gasto de los jornales, necesitan renovar la maquinaria, deben de reparar tractores o vibradoras que se han dañado mientras que se cosechaba o, simplemente, demandan euros para que su familia viva. Las cajas y los bancos están muy “duros” a la hora de prestar dinero. Exigen muchas garantías, las condiciones de interés no son tan ventajosas como antes y se lo piensan mucho. Por ello, acuden a sus cooperativas en busca de adelantos de cosecha. En vez de cobrar todo el dinero cuando se venda el aceite —en la tradicional liquidación— piden algo de dinero antes, que se descontará después. En cambio, si son cosecheros de almazaras, piden que se les pague pronto porque necesitan liquidez.
Incluso, hay socios de cooperativas que se van a las almazaras para que se les liquide con la máxima celeridad. El presidente de la Asociación Provincial de Almazaras Industriales de Jaén, Manuel Alfonso Torres, es tajante en su afirmación: “Trabajamos como si fuéramos bancos. No paramos de meter liquidez en el mercado porque la gente necesita dinero. Nos pasa lo mismo que a los cosecheros. Tenemos crédito, pero no infinito. Por eso, no nos queda otro remedio que soltar aceite. Se vende más de lo que se debiera, pero es que el campo necesita euros”.
El presidente de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) en Jaén, Pablo Carazo, asegura que se ha producido un enorme incremento de los créditos de campaña. “La gente viene a pedirnos dinero porque lo necesita. Le damos una parte prudente de su liquidación, en función de la cosecha y de si tiene domiciliado el cobro de las ayudas, que son sus dos avales de pago. Además, nos encontramos con que tenemos menos euros que prestar porque ha bajado el pasivo de ahorro y nos piden mucho más dinero que antes”, asegura. No hay duda de que se trata de una consecuencia más de la crisis económica, que se traduce en menos rentabilidad para el olivar.
Fuente:Diario Jaén
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