Los olivareros llevan varios años escuchando cantos de sirena que apuntaban a la desaparición, a partir de 2013, de las ayudas a la producción de aceite que concede la Unión Europea. Desde ayer, el sector respira más tranquilo. El Parlamento Europeo garantiza que las subvenciones se mantendrán.
Los eurodiputados han aprobado el conocido como “informe Lyon”. Se trata de un documento que fija como objetivo que no haya recorte alguno en las ayudas comunitarias al sector agrario a partir del año 2013, fecha en la que expira la actual Política Agraria Común (PAC). No es una cuestión baladí para el sector del aceite de oliva de Jaén. Y es que más de 100.000 productores de la provincia reciben cada año unos 400 millones de euros en subvenciones.
El informe “Lyon”, llamado así en referencia a un eurodiputado británico liberal, es un documento que tiene carácter general, aunque supone un primer paso para frenar la incertidumbre que, hasta ahora, tenían los agricultores. Si algo queda claro con su aprobación es que las ayudas al olivar no desaparecerán a partir del año 2013 y que la cantidad de euros que se destine a las subvenciones no disminuirá.
Otra cosa bien distinta es a cuánto ascenderá el presupuesto comunitario, una cuestión que depende directamente de las negociaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países miembros. La lógica hace pensar que esos fondos deben aumentar porque la tarta se reparte entre más invitados (en la anterior PAC, la Unión Europea estaba compuesta por quince estados). Sin embargo, también hay que olvidar la actual época de recesión económica.
Otra cuestión a tener en cuenta es cómo se distribuirán las ayudas. El debate formal para elegir el nuevo modelo de reparto de las subvenciones comienza a partir del año 2011. De momento, el documento “Lyon” recoge un cambio de sistema en el que se prima la ayuda lineal. En la práctica, supone una especie de “tarifa plana”, un dinero mínimo que se incrementaría en función de que las explotaciones cumplieran determinados requisitos, como las condiciones medioambientales, la ubicación en zonas de alta montaña o la lucha contra el cambio climático, entre otros. Cada uno de estos criterios elevará la ayuda por hectárea. El problema de este modelo está en que los países que gozan de derechos históricos, como España, saldrían perdiendo. Es ahí donde el documento “Lyon” perjudica más los intereses del olivar jiennense.
De todos modos, este informe es tan sólo un punto de partida. Es el primero que se vota en la Eurocámara sobre la futura PAC y todavía tendrán que pasar, al menos, dos informes más. De momento, lo más positivo es que se garantiza que no habrá recortes en el presupuesto para las subvenciones y que estos fondos serán financiados íntegramente por la Unión Europea y no por los países miembros de forma independiente. El lado negativo es que se tiende a una ayuda lineal.
Fuente: Diario Jaén
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