Desde 1995, es el alcalde de Jabalquinto. Un cargo que, después de catorce años, tendrá que dejar, el próximo 7 de noviembre, a raíz de la moción de censura que impulsó el que fuera su pupilo y “delfín” del partido.
—Después de catorce años como alcalde, ¿no tiene que ser un trago fácil volver a la oposición?
—No es una situación agradable ni facil de vivir. Pero el sistema contempla que puedan pasar cosas como esta y, a pesar de la rabia y de la indignación, estamos preparados para pasar a la oposición y trabajar duro.
—Y, para el futuro equipo de Gobierno, ¿cómo ve los próximos dieciocho meses de legislatura?
—El funcionamiento del Ayuntamiento puede ser caótico, gobernado por un grupo de tránsfugas que no pueden ni acudir a sus propios partidos para asesorarse. Han urdido muy bien la conspiración para conseguir una Alcaldía por la gatera, pero no los veo con capacidad ni ánimo para hacer nada beneficioso para el pueblo, porque tampoco lo hicieron en la oposición.
—En el acto público que el PSOE organizó en Jabalquinto, se dijo que la “equivocación” de los socialistas fue apostar por un joven que los “ha traicionado”. ¿Cómo entró Pedro López Lérida en el partido y cómo pudo promocionar tan rápido?
—Su padre era militante del PSOE. En alguna ocasión, había acudido a la agrupación local y también había ido por el Ayuntamiento pidiendo información de algunos programas y nos vendió la moto de que podía ser una persona preparada para ir en la lista para las municipales de 2007.
—Entonces, ¿él se propuso?
—No vino directamente, pero sí se nos presentó como alguien que podía hacer cosas. Luego, cuando hubo que elaborar las listas, ciñéndonos a los parámetros de buscar gente joven que renovara el partido, pensamos en él y yo le propuse que se presentara. Dijo que sí de entrada.
—Y lo nombraron segundo de a bordo. ¿Por qué? ¿No era demasiado arriesgado? ¿El acuerdo fue unánime?
—No hubo objeciones a que fuera segundo porque al PSOE siempre le fue bien con los jóvenes. Yo gané las elecciones con 26 años y si lo pusimos el segundo y lo liberamos fue porque queríamos preparar a alguien joven, como Pedro, que pudiera ser candidato a la Alcaldía de Jabalquinto en futuras elecciones.
—¿Por ejemplo, en 2011?
—Por ejemplo.
—Así que se planteaba retirarse.
—Sí que me lo planteé. Llevo cuatro legislaturas como alcalde y una anterior como concejal. Le dedico bastante tiempo y esfuerzo a esta tarea y permanentemente no voy a estar de alcalde. Pero el objetivo era que esta persona trabajara, primero, para Jabalquinto y para los vecinos como concejal, y, si yo decidía no presentarme, poder proponer a la persona más preparada.
—¿Se justifican, así, todos los “privilegios” que se le concedieron, porque, hasta ahora, en la historia de la democracia jabalquinteña, no había existido ningún edil liberado ni que cobrara 1.200 euros?
—Yo no diría que son privilegios. Llevo catorce años como alcalde, no estoy liberado y el sueldo que tengo es de maestro. Los ayuntamientos cada vez tenemos más competencias, desarrollamos más programas y el trabajo nos desbordaba. Parecía razonable que hubiera alguien que pudiese estar siempre en el Ayuntamiento atendiendo a la gente. Así que más que un privilegio, yo lo veía como una necesidad.
—Y, como primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento, ¿satisfizo sus expectativas?
—Nunca, en estos dos años, se implicó en la gestión municipal. No iba ni a reuniones institucionales ni del partido. Al principio, creímos que no tenía suficiente capacidad, pero todo nos hace pensar que no se implicaba porque ya urdía esta moción.
—Él, en cambio, denuncia una situación de mobbing y de aislamiento, que, según dice, fue la que lo llevó a desconfiar de usted.
—Todo eso está bien como campaña difamatoria en mi contra y seguramente terminará en el juzgado. Mira, me tilda de autoritario, pero dice que, como no confiaba en nadie, decidió ser él mismo alcalde. Ese ese el máximo exponente del autoritarismo.
—Entonces, según usted, ¿qué impulsó a López Lérida actuar así?
—Su ambición personal y algunas influencias. Sospechamos que IU y Pedro estaban negociando, desde el principio de la legislatura, para sacarme del Gobierno local y proponerlo a él [al tránsfuga] como alcalde en 2011. IU nunca asumió que ganáramos las elecciones y esta es su venganza.
—Se le ha reprochado que “gobernaba para unos pocos”. ¿Está fundamentada la crítica?
—Si hubiéramos gobernado para una camarilla, como dicen, no habríamos ganado las elecciones en cuatro ocasiones ni el PSOE habría sido el único partido que aumentó en votos en 2007. Con esto han dividido al pueblo. Pero, en las próximas elecciones, no podrán cambiar el resultado de las urnas y, ahí, tendremos cuidado de que no haya tránsfugas.
FUENTE:DIARIO JAÉN
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