EN Y DESDE EL AULA,HALLAZGOS PREHISTÓRICOS EN PONTONES

Con el fin de canalizar las diferentes actividades y experiencias que nos llegan del IES “Mateo Francisco de Rivas”, a la Web,abrimos nuevamente la sección "En y desde el aula" donde se difundirán actividades llevadas a cabo, tanto dentro como fuera del aula, por el profesorado del Centro y la iremos publicando en la Web Jabalquinto.biz.

HALLAZGOS PREHISTÓRICOS EN PONTONES

Olayo Alguacil González

Con el objetivo de aplicar los conocimientos adquiridos en las clases de Ciencias Sociales al entorno más inmediato, aprovechando que estoy desarrollando con el alumnado de 1º el tema de la Prehistoria, nace este pequeño trabajo de investigación en torno a los restos encontrados en Pontones.

HACHAS PREHISTÓRICAS

En el Paleolítico, aquellos primeros hombres que iniciaban su andadura por el mundo golpeaban las piedras unas con otras para darle forma fabricando así un tipo de hachas muy rudimentarias. La encontrada en Pontones podría pertenecer a esta época ya avanzada. Quizá ya le colocarían un mango atado a uno de los extremos para facilitar el trabajo.

Hacha del Paleolítico Superior encontrada en Pontones

Entre los años 10000 – 4000 antes del nacimiento de Jesucristo,Neolítico, se perfeccionó el trabajo de la piedra con una nueva técnica, el pulimento, que consistía en alisar la superficie y los bordes de los utensilios de piedra para eliminar sus rugosidades.

Hacha del Neolítico encontrada en Pontones

En la primera etapa prehistórica los primeros hombres habitaban en cuevas naturales. Una de estas cuevas la encontramos en Pontones, a penas quinientos metros del Nacimiento del Río Segura.


CUEVA DEL NACIMIENTO

Cueva del Nacimiento. Pontones

La sierra de Segura estuvo poblada por el ser humano ya desde el Paleolítico Inferior, siendo el lugar denominado “Puente Mocho” de Beas de Segura el elegido por los primitivos pobladores hasta que el frío intenso de la última glaciación haría difícil su ocupación.. Periodos en los que el Homo Sapiens Sapiens se sitúa en la Cueva del Nacimiento, a cinco kilómetros de Pontones y escasos metros del nacimiento del río Segura. Lugar en el que hace unos 11255 años vivió una pequeña comunidad dedicada a la caza del ciervo, rebeco, cabra montés, corzo y jabalí.

En esta gran cavidad natural, con una abertura de más de veinte metros y que actualmente se ha habilitado para encerrar ovejas, se sucedieron tres fases de ocupación humana. La primera correspondiente al preneolítico, con restos de fauna salvaje y ausencia de cerámica; la siguiente, encuadrada en el Neolítico Medio, caracterizada por la industria lítica con un elevado componente geométrico. También se estudiaron restos de cerámica con gran variedad de decoraciones; restos faunisticos pertenecen a ciervo, cabra montés, rebeco, entre los salvajes, y cabra/oveja y cerdo, entre los domésticos. La última fase, el neolítico final, correspondiente al último momento de la ocupación prehistórica. La fauna, salvo algún resto de lobo y algunos cervus, es doméstica: cabra / oveja, cerdo. Último periodo en el que este grupo de seres humanos comenzó a realizar pinturas en un abrigo ubicado en una de las laderas del arroyo de Cañada la Cruz.

ABRIGO CAÑADA LA CRUZ

Abrigo de Cañada La Cruz (Pontones) - Pintura Prehistórica en el Abrigo

Dejando a nuestras espaldas el Nacimiento, tomando el carril que sale a la izquierda iniciamos el ascenso para ir incrementando paulatinamente los 1450 metros de altitud en que la cabecera del amplio valle del Segura se haya enclavada. Paralelos al valle del arroyo recorremos los primeros 900 metros para situarnos justo en el primer empalme del carril que parte de la derecha, antes de desviarnos y al otro lado del arroyo, dejamos una gran alineación de cuevas y abrigos. En uno de estos abrigos existen unas pinturas prehistóricas de estilo levantino: planas, de un solo color, animales en escena en la que aparece la figura humana. Descubiertas por Jaime Carbonel Escobar en 1984 y reproducidas y estudiadas posteriormente por Manuel López Payer y Miguel Soria Lerma. Lugar éste, sin duda muy atractivo para la vida de los primeros hombres: abundancia de agua, vegetación capaz de proporcionar frutos silvestres, riqueza cinegética, sobre todo ciervo, cabra montés, rebeco, corzo y jabalí. Animales fundamentales para su dieta alimenticia y la naturaleza caliza de estas rocas en las que debido a la erosión prolongada se desarrolló el correspondiente modelado kárstico, permitiendo la formación de cuevas profundas e infinidad de abrigos para ser utilizados por aquellos hombres que hace tiempo comenzaban su andadura por la Tierra. Importante documento histórico que desgraciadamente ha sido destruido, quedando constancia en la foto tomada antes de las acciones vandálicas contra el Patrimonio.

A esta primera manifestación artística le sucedieron las primeras obras que podíamos considerar arquitectura prehistórica. Se trata de los Monumentos Megalíticos
que eran grandes construcciones de piedra como lugares de enterramiento. Uno de estos monumentos lo podemos encontrar en Santiago de la Espada:

DOLMEN DEL ENGARBO

Dolmen en Santiago de La Espada

Abrigos rocosos, junto al Río Frío, en cuyas inmediaciones se ubican las Cuevas del Engarbo, abiertas en el socavón de un peñasco calcáreo en el que la misma roca sirve de pared trasera, y en parte de techo a una nutrido número de viviendas.

Tras pasar toda la hilera de cuevas viviendas, margen izquierda de la corriente del agua, encontramos uno de esos lugares de enterramiento colectivo propio del neolítico y de la edad del cobre construido con una gran losa horizontal sostenida con grandes piedras plantadas verticalmente en el suelo. Dolmen del Engarbo.

Levantar estos monumentos con bloques de piedras de tan considerable tamaño con la dificultad que supondría su extracción y transporte revela una considerable habilidad técnica y un enorme esfuerzo colectivo que hace pensar en la enorme importancia de estos monumentos para aquellos grupos humanos que probablemente los construyesen por motivos de tipo religioso, además de funerarios, y quién sabe si también fuese una forma de delimitación del territorio sobre el que se asentaba una determinada comunidad.

Pinturas, un enterramiento con restos humanos, cerámica campaniforme y objetos de cobre, y este monumento megalítico, confirman que este era un lugar estratégico, bien comunicado a través del valle con Levante y, por tanto idóneo para el asentamiento humano desde el Neolítico.

Bibliografía utilizada:

“Desde Pontones a Pinar Negro, paso a paso”. Olayo Alguacil González

“Rincones Serranos”. Olayo Alguacil González